Las ciudades Invisibles de Salta
A modo de Presentación
Este Blog es un homenaje a mi padre Ramón carpintero de oficio gran ocurrente, contador de historias y a mi hija Camila porque al igual que todos deseo dejar mi huella, un legado para lograr algo por lo que sea recordado por mucho tiempo... Luis Vázquez.

 En este espacio encontraras leyendas urbanas, creepypastas, historias de terror, cine, relatos, música, videos... y una gran selección de contenidos.
Al igual que este Blog algunos libros no se leen, sino que se transitan, se habitan, se viven. En ellos cabe hablar de itinerarios en vez de tramas. Y quien se adentra en ellos debe hacerlo con la mentalidad abierta del viajero que hace autostop para visitar lugares donde nunca ha estado. Esta concepción, por así decirlo, geográfica de la literatura es la que propone Italo Calvino en Las ciudades invisibles. y es mi inspiración pero a nivel local que les propongo aquí , un libro “es un espacio donde el lector ha de entrar, dar vueltas, quizás perderse, pero encontrando en cierto momento una salida, o tal vez varias salidas, la posibilidad de dar con un camino para salir”.
Las ciudades invisibles se compone de una serie de relatos de viaje que Marco Polo hace a Kublai Kan, emperador de los tártaros. Hay que señalar que el Marco Polo que hace de cicerone en el libro de Calvino no se corresponde exactamente con el famoso mercader veneciano. Más bien, se trata de un mercader muy particular, que “contrabandea” con “estados de ánimo, estados de gracia, elegías” y trafica con palabras, recuerdos y sueños. Su misión consiste en describir al Gran Kan las ciudades que dan forma a su vasto imperio, ya que los territorios que éste ha conquistado son tantos y tan amplios que no los conoce con exactitud. Mi misión es describir a mi querido público lector las ciudades invisibles de Salta, sus lugares anécdotas mitos relatos y vivencias de fines del Siglo XX.

Inútilmente, magnánimo Kublai, intentaré describirte la Ciudad de Zaira de los altos bastiones. Podría decirte de cuantos peldaños son sus calles en escalera, de qué tipo los arcos de sus soportales, qué chapas de Zinc cubren los techos; pero sé ya que sería como no decirte nada. No está hecha de esto la ciudad, sino de relaciones entre las medidas de su espacio y los acontecimientos de su pasado: la distancia al suelo de un farol y los pies colgantes de un usurpador ahorcado; el hilo tendido desde el farol hasta la barandilla de enfrente y las guirnaldas que empavesan el recorrido del cortejo nupcial de la reina; la altura de aquella barandilla y el salto del adúltero que se descuelga de ella al alba; la inclinación de una canaleta y el gato que la recorre majestuosamente para colarse por la misma ventana; la línea de tiro de la cañonera que aparece de improviso desde detrás del cabo y la bomba que destruye la canaleta; los rasgones de las redes de pescar y los tres viejos que sentados en el muelle para remendar las redes se cuentan por centésima vez la historia de la cañonera del usurpador, de quien se dice que era un hijo adulterino de la reina, abandonado en pañales allí en el muelle.
En esta ola de recuerdos que refluye la ciudad se embebe como una esponja y se dilata. Una descripción de Zaira como es hoy debería contener todo el pasado de Zaira. Pero la ciudad no dice su pasado, lo contiene como las líneas de una mano, escrito en los ángulos de las calles, en las rejas de las ventanas, en los pasamanos de las escaleras, en las antenas de los pararrayos, en las astas de las banderas, surcado a su vez cada segmento por raspaduras, muescas, incisiones, cañonazos. (Italo Calvino "Las Ciudades Invisibles"1972 por la editorial Einaudi)


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